Mojando mi ánima inocente

Multitarea: no debes sentarte allá y mirarla mientras juegas con ella. En realidad, esto tiende a atemorizarla y matar el estado anímico. Entonces, bésala, presta atención a otras s de su cuerpo con la otra mano. Haz algo que no la vaya a atemorizar.

Me llevas a las estrellas

Aristófanes, que habla a continuación, lo hace con la ingeniosa elocuencia de un versista cómico, pero, tras sus palabras bufas, aparecen profundos pensamientos. (Al él debemos eso de que siempre y en todo momento estamos deseosos por localizar a nuestra media naranja)