Y de ahí podemos irnos a la cama y finalizar la cita con sexo, besos, caricias
Se inclinó para observarme, pero continuó azotándome mientras que lo hacía. Luego hice algo que no estaba en las instrucciones, algo que los sumisos en general no deben hacer, lo miré directamente a los ojos. En ese instante, todos y cada uno de los secretos guardados en ellos desaparecieron.
