Las caricias anales pueden evolucionar a la penetración digital, también llamada analdigitus. No es estrictamente preciso el empleo de lubricantes ni para las caricias anales ni para el analdigitus (el tamaño de un dedo no es tan grande como para requerirlo), mas puede ayudar.
Cuando le das a tu mujer un buen ejercicio como ese, es bueno sentarla en tu regazo después y decirle lo buena que era y lo impresionada que estabas por su actuación. Dale más tiempo para disfrutar de ti con el uniforme de policía mientras que te transformas de policía malo a policía bueno.
No te incordies en charlar del pasado, puesto que ya no se puede mudar. Verbaliza cómo te agradaría que fuesen las cosas a partir de este instante, agradece, piensa qué de responsabilidad tienes, no señales a la otra persona y trata de centrarte en las soluciones.
Déjalo venir. Cuando esté listo para venir, mantén tu empuje salvo que te pida que cambies. No se detenga hasta el momento en que haya terminado de venir, y compruebe con él una vez que venga, ya que puede estimar que retire el consolador rápidamente.
Dejar que alguien mueva tu cabeza es un ademán supremo de entrega y confianza. Empiece lentamente y verifique con su receptor para saber hasta qué punto se siente cómodo. Si te sientes seguro, alguien moviendo una del cuerpo por ti puede estar alegre.
Aparte de chupetear, puedes hacer cosas fantásticas con tu boca en su polla. Lame y sopla la parte inferior, los testículos, el perineo y la cabeza del pene, que es la parte más sensible. La combinación de sensaciones que experimentarás va a ser increíble para él.,
Mucha gente crea que los juguetes eróticos son sólo para emplearlos a solas, pero con un tanto de imaginación, es posible incorporarlos a las relaciones íntimas de pareja y incorporar con ellos un plus de variedad que no dejará indiferente a tu compañera de cama.
Es una manifestación que no es nueva, pues las crónicas más viejas que se conocen los historiadores ya mencionan la práctica del sexo oral como una experiencia gratificante para los dos miembros de la pareja y una fuente de placer inigualable.
El hombre con el que has convivido ha sido consciente en todo instante del daño que te ha causado. Toda vez que te ha levantado la voz, o bien la mano, o te ha humillado sabía lo que hacía. Tu sufrimiento, o bien el de su siguiente víctima le causa placer.
Me levante muy decidido de la mesa, deje el sándwich a medio acabar en la bandeja y fui hacia ellas sin titubear, no había vuelta atrás. Llegue a su altura, ellas estaban de espaldas a mi, las separe un tanto con los brazos para ponerme en medio de ellas.
