¿DE DONDE VIENE EL NOMBRE?
Otras s del cuerpo encierran una magna importancia erótica. El pelo representa un fuerte acicate sexual, mas la presencia de caspa o bien un cabello con descuido grasoso, puede terminar con el ímpetu sexual de muchos.
Otras s del cuerpo encierran una magna importancia erótica. El pelo representa un fuerte acicate sexual, mas la presencia de caspa o bien un cabello con descuido grasoso, puede terminar con el ímpetu sexual de muchos.
En las escalas superiores de la jerarquía evolutiva de la humanidad, la ley del amor sigue siendo atracción de polos opuestos, pero sólo en las apariencias de sus cuerpos físicos, puesto que internamente son la misma Unidad.
En un bar, El Laberinto del Tinto se llamaba, jugaba cinco chinadas todos y cada uno de los días desde la una y cuarto. Un espíritu joven en un cuerpo joven, todo ello rociado con blanco con limón, da bastante de sí, y no siempre y en todo momento mantenía el lenguaje académico propio del hombre culto.
Los inconvenientes de la pareja y la familia eran privativos de los cónyuges, de tal suerte que los hijos prácticamente nunca se enteraban. La separación y el divorcio estaban tan estigmatizados, que los casados preferían cualquier problema ya antes que enfrentarse a tan satanizado pecado.
Cornelius descubrió a lo largo de su tratamiento de reumatismo que al presionar las zonas afectadas eran indoloras, mas existía una zona sensible a la palpación y que actuando sobre ella hace desaparecer los dolores. Es lo que se conoce como masaje reflejo.
El ano es mejor que sea redondo, duro, firme. preferiblemente rasurado y libre de pupas tipo hemorroides sangrantes internas y externas. Si no es de esta forma, mejor que no te lo folles por muchas ganas que tengas.
Sangre latina me acompaña, pasión y fuego llevo dentro. Provengo de un país donde las mujeres son preciosas y con unos cuerpos increíbles. Yo lo tengo todo: bonita, candente, provocativa y sin tabúes en el sexo. Con mi nombre lo digo todo, me llamo NicolSexual.
Sí al acto sexual, destinado a la simple reproducción y a los bajos deleites, se lo rebautizó con el nombre de hacer el amor. Con esta construcción gramatical, se unió el amor y el sexo en un concepto. Este binomio representó un triunfo para los valores nuevos de la temporada.
Muchas de estas personas, con la idea del amor romántico absolutamente deshecha, rehuyen todo género de compromiso e inclusive evitan la intimidad sexual, con la intención de ahorrarse sufrimientos y nuevos desengaños. Mas adoptar esta clase de actitudes tampoco ayuda.
Para acabar este escrito de torpezas, unos versos de Jaime Gil de Biedma en Pandémica y celeste, antiquísimos pero certeros: Para saber de amor, para aprenderle, haber estado solo es preciso. Y es necesario en cuatrocientas noches con cuatrocientos cuerpos diferentes haber hecho el amor.